UNA SEMANA DESPUÉS… Y TODO SIGUE IGUAL

Una semana con el nuevo sistema y lo que ha quedado evidenciado es que la dirección ha fracasado estrepitosamente en la forma de implantarlo. Ya lo venimos diciendo desde hace tiempo: así no se pueden hacer las cosas. El esfuerzo no puede recaer siempre en los mismos, los trabajadores. La falta de formación es tan evidente en el día a día que nos están llegando a la Agrupación de Trabajadores multitud de casuísticas. Casos de compañeros que están hasta altas horas de la madrugada peleando con el sistema porque el trabajo tiene que salir adelante. O, sin ir más lejos, tortas que no suben hasta las once de la noche porque el sistema se ha implantado por las bravas y sin el necesario «cronograma» que tanto gusta a nuestros directivos. O material que desaparece sin motivo aparente de reportajes ya montados. O dificultades enormes para ingestar vídeos externos a las que nadie tiene respuesta. O delegaciones abandonadas a su suerte con todos los problemas que eso conlleva.

Y, como más sabe el diablo por viejo que por diablo, desde la Agrupación recordamos cómo para el Avid Instinct que acaba de caer en desuso hubo curso de formación de jornada completa durante varios días que, incluso así, fue insuficiente para determinados aspectos. Nada que ver con lo que se ha hecho en esta ocasión donde la formación se ha despachado con una charla de cuatro horas. Y no es solo eso. El sistema no está afinado. Quienes lo usan tienen que vérselas con constantes problemas, permanentes mensajes de error que nadie sabe por qué se producen ni cómo solucionarlos. La presión en la redacción de Sevilla para los redactores es tremenda. El sistema está haciendo que se resienta la producción, que ha bajado notablemente, y hasta el estado de ánimo. Los «ángeles de la guarda» que pululan por allí a veces tampoco saben cómo enfrentar los problemas. Entre otras cosas porque su visión es exclusivamente técnica y desconocen cómo trabajan los redactores que montan y cuáles son sus necesidades. Un desastre en toda la regla. Sin paliativos. Peor no se puede hacer.